5 consejos para cuidar tu suelo pélvico después del parto

El postparto es una etapa de grandes cambios físicos y emocionales. Entre todos los aspectos a tener en cuenta durante la recuperación, el suelo pélvico suele ser uno de los más olvidados… y también uno de los más importantes. Esta zona muscular sostiene órganos como la vejiga, el útero y el recto, y durante el embarazo y el parto sufre una gran presión.
Cuidarlo tras dar a luz no solo previene molestias, sino que también favorece una recuperación más completa y duradera.

Aquí te comparto cinco consejos esenciales para empezar a cuidarte desde hoy:

1. Conecta con tu respiración y tu cuerpo
Antes de lanzarte a hacer ejercicios, es fundamental empezar por la base: la respiración. Una respiración profunda, diafragmática y consciente activa de forma natural el transverso abdominal y la musculatura del suelo pélvico. Dedicar unos minutos al día a respirar de forma consciente puede ayudarte a reconectar con tu cuerpo y preparar el terreno para ejercicios más específicos.

2. Evita esfuerzos bruscos en las primeras semanas
Durante las primeras semanas tras el parto, el cuerpo está en plena fase de recuperación. Levantar peso, hacer ejercicios abdominales tradicionales o incluso cargar el carrito de forma incorrecta puede aumentar la presión sobre el suelo pélvico y empeorar la recuperación. Prioriza movimientos suaves y ergonómicos. Escuchar tu cuerpo es clave.

3. Introduce ejercicios hipopresivos o de Kegel, según valoración profesional
Los ejercicios hipopresivos y los ejercicios de Kegel son técnicas que pueden ayudar a fortalecer la musculatura profunda del abdomen y el suelo pélvico. Sin embargo, no todos los cuerpos reaccionan igual, y por eso es fundamental una valoración previa por parte de una fisioterapeuta especializada, para asegurarte de que estás haciendo lo más adecuado para ti.

4. Consulta con una profesional especializada en suelo pélvico
Una valoración personalizada puede detectar disfunciones que quizá no notes a simple vista: debilidad muscular, prolapsos, cicatrices mal cicatrizadas o patrones respiratorios descompensados. Con un tratamiento adaptado, puedes mejorar mucho tu calidad de vida y prevenir problemas futuros como incontinencia, dolor en las relaciones o sensación de peso.

5. Ten paciencia y sé amable contigo misma
La presión por “recuperar el cuerpo” después del parto puede ser muy fuerte, pero cada cuerpo tiene su propio ritmo. Tu suelo pélvico necesita tiempo, descanso, cuidados y atención. No estás sola en este proceso: pedir ayuda no solo es válido, es valiente.

Cuidar tu suelo pélvico es un acto de amor propio. Una inversión en tu salud que te acompañará toda la vida. Si quieres una valoración o comenzar un tratamiento personalizado sin moverte de casa, estaré encantada de acompañarte en el camino.